El consumo de energía es uno de los principales gastos a los que se enfrenta cualquier propietario, ya sea una vivienda, una oficina, un local comercial o cualquier otro tipo de inmueble en el que se desarrolle una actividad. Ya sea por las características iniciales del inmueble o por un mal uso de sus espacios el consumo de energía puede estar por encima del realmente necesario para llevar a cabo una misma actividad.
¿En qué consiste la eficiencia energética?
La eficiencia energética es una práctica o un concepto por el medio del cual se pretende reducir el consumo de energía de cualquier inmueble sin que ello perjudique a las personas que desarrollan su actividad o viven en dicho inmueble. Dicho de otra forma, se trata fe aprovecha los recursos de una forma más eficiente para que el gasto sea menor pero manteniendo el nivel de producción o habitabilidad, se trata de producir lo mismo o más pero con menos energía.
Aplicaciones prácticas de la eficiencia energética
Gracias a un estudio de eficiencia energética se puede determinar el gasto necesario para mantener la iluminación, o incluso mejorarla, de cualquier espacio con un consumo menor de energía. Mediante un cambio en la posición de los focos de luz o el uso de bombillas de bajo consumo y adaptadas a cada espacio se puede lograr una reducción importante de la factura mensual de la luz.
Otro de los aspectos importantes que trata la eficiencia energética de cualquier inmueble es la eficiencia térmica, es decir, lograr reducir el gasto en calefacción, ya sea de gas o eléctrica. Para ello se analiza la vivienda y se determinan los puntos de fuga para poder corregirlos, de forma que el inmueble se mantenga a una temperatura ideal sin necesidad de malgastar energía, lo que supone un ahorro importante de energía.